El teléfono móvil
Paráfrasis de Preámbulo a Instrucciones para dar cuerda a un reloj de Julio Cortázar.
Piensa en esto: cuando te regalan un teléfono móvil te regalan un pequeño infierno florido, … un calabozo de cristal y plástico. No te dan solamente el móvil, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca… ; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te pasearás contigo. Te regalan —¡no lo saben, lo terrible es que no lo saben!—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que conservar pegado a tus carnes con su capucha, como si fuese tu bebé. Te regalan la necesidad de mantener sus baterías cargadas y de conectarlo a cuánta fuente de energía se te presente en el camino en aquellos momentos de baja; te regalan la obsesión de mirarlo sin poder retirar los ojos de él, de atender cada mensaje recibido deteniendo tus paseos por el centro comercial, por sus tiendas de ropa y por sus joyerías. Sin muchas consideraciones, te regalan la obligación de atenderlo y de interrumpir toda conversación al oído de una llamada entrante. Sin saberlo te regalan la obsesión de retratarte y de retratar todo lo que miras y visitas y la necesidad de competir y ganar con el número de likes. Te regalan un pequeño infierno rosa que te obliga a aprender de Facebook, Instagram, Linkedin y Telegram… Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu móvil con los demás. No te regalan un móvil, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del teléfono…
Copyright©Karin van Groningen Chiriboga
Compartir enlace