Una visión de país ampliamente compartida es siempre un gran evento. Ella, sin embargo, es muy añorada por los más intelectualizados. La mayoría de quienes hacemos vida en los actuales países del mundo deseamos simplemente poder comer, tener una vivienda propia, una empresa o un emprendimiento próspero, además de servicios decentes de educación, salud, seguridad personal y social. Condiciones que Occidente alcanzó cuando la burguesía ganó la batalla contra el autoritarismo, la impunidad y la corrupción simbolizada en la historia con la caída de las cabezas reales ocurrida en el siglo XVIII. Fue una batalla muy sangrienta por imponer un ordenamiento jurídico que asegurase el bienestar público en un mundo que desconocía la aplicación universal de la ley a todos por igual. La burguesía alcanzó también en aquella batalla el portentoso logro de trasladar el cumplimiento del deber al plano individual, convirtiendo a los ciudadanos en sacerdotes y párrocos fervorosamente devotos, que como lo señaló el muy famoso pensador Carlos Marx nacido en la Prusia de principios del siglo XIX, va en consonancia con sus muy luteranos orígenes. Un ascetismo secular fue llamado por el gran sociólogo Max Weber. (Maestro Cano, 2016, La visión protestante del derecho. doi: http://dx.doi.org/10.18042/cepc/redc.108.05. La historia nos muestra en consecuencia, que el fervoroso cumplimiento de la ley y el reconocimiento individual de responsabilidades no es solo un asunto moral o religioso, sino económico, que estuvo a la base del nacimiento y del desarrollo del sistema capitalista y que aún se mantiene en los llamados países ricos o del primer mundo.  Por lo demás lo contrario también es cierto. El incumplimiento de la ley, la corrupción y la impunidad acompañan en su duro camino a las sociedades más pobres del planeta en las que líderes sin escrúpulos derivan y se mantienen en el poder a partir del desorden y del caos. Por lo que le pregunto: ¿El cumplimiento devoto de la ley y el reconocimiento individual de responsabilidades debe seguir formando parte prioritaria de toda visión de país?

 

Copyright©Karin van Groningen Chiriboga