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Controvertida novela de suspenso
El know how colectivo ¿un tesoro o una maldición?
De la serie Collages político-literarios
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La posesión de la verdad es la razón de toda la película. Y es que si ella “sale a la luz” derrumbaría el imperio de Alpha, la empresa de tecnología del multimillonario Miles Bron. Ese es el trabajo del famoso detective Benoit Blanc —Daniel Craig—, descubrirla para ser exhibida a través de la prensa libre ante los entusiastas clientes de la empresa. Pero para todos está claro que esa verdad solo pueden determinarla los profesionales de carrera (policías, investigadores y jueces) que integran al sistema judicial, personajes que deciden estrictamente apegados a las leyes, mediante prácticas establecidas seguidas por muchos de ellos con devoción casi religiosa, para eternizar principios nacionales irrenunciables. Medio mundo compra esta versión de la realidad presentada por Glass Onion: A Knives Out of Mistery (2022), la película de Netflix que exhibe aquel know how colectivo que se ha llamado Estado de Derecho propio de los países desarrollados. Y lo sorprendente es que probablemente el otro medio mundo también lo compre, aun cuando poco o nada tenga que ver con su realidad, ni con sus valores tradicionales, pues lo cierto es que en ese otro medio mundo las cosas no funcionan así. Allí la verdad la decide el poder –de unos pocos y a veces de solo uno– en conformidad con su propio know how colectivo nacional, como lo muestra la reciente muerte en las cárceles rusas del opositor político de Putin, Alexei Navalni, junto a otros diez más ocurridos en el pasado próximo, sin que exista mayor reacción entre la población, más allá de unos cuantos –pro Occidente– que se han arriesgado a poner flores junto a su retrato. Igual suerte podría enfrentar la candidata presidencial María Corina Machado seleccionada por la oposicion política en un país como Venezuela. La versión lógica y plausible de la película en estos países sería que al poderoso millonario poco le importasen las investigaciones y los hallazgos para determinar verdad alguna, centrándose la trama en el acoso y en el asesinato del detective privado por parte de sus matones, así como en las dádivas y demás recompensas entregadas a los fucionarios judiciales para el mantenimiento de aquel disfraz de legalidad que todos conocen. Tal vez para la gente en estos países ese sistema judicial confiable y una prensa libre también forme parte de la ficción de la película.
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