Elogio de la lentitud
"El flautista"
Braulio Salazar
(1:15 minutos de lectura)
Hace algún tiempo leí en El País, periódico español, un artículo de Juan Cruz con ese título y la imagen de un libro que invita a ser leído plácidamente.
Comparto algunas de sus frases más acertadas:
"En el verano se aligeran las urgencias, y se anda con la lentitud que reclaman el corazón y los sentimientos... Párate, oh sol, yo te saludo...
En otoño vuelve la prisa...el antídoto para esta plaga son los libros...No deberíamos arreglar la conexión a internet..."
De mi parte, jamás terminé una plana de las que me ponía la maestra.Con escribir bien una vez la frase es suficiente, no hay nada más aburrido que repetirla 20 veces. Creo que la repetición y la prisa me causaban un hastío mayúsculo. Era roñero y lento. Prefería mirar afuera del salón a los cotejos y los insectos que vivían en la grama, a los tordos saltando de un lado a otro, las parejas de canarios, o las paraulatas comiéndose los almendrones. Observar un camino de hormigas es fascinante para un niño lento, es todo un mundo de faenas e intercambios, idas y regresos, trayectos desconcertantes, un verdadero laboratorio de teorías mentales para explicar eso que no es posible observar rápidamente.
Jamás practiqué ningún deporte, gracias a ello tengo tan buena salud. La prisa conspira contra la exploración sensual de los placeres. Ser lento es una forma de rebeldía. La soledad y la lentitud hacen armonías musicales. Los niños lentos suelen ser solitarios. También sufren callados. Soledad, lentitud y silencio. Cuando he tenido sueños de vuelo, jamás voy en Jet, sino paseando y mirando el paisaje desde una altura confortable, sobrevolando los predios de mi infancia, los techos del vecindario, los balnearios, el borde de la laguna, los campos llovidos de El Paíto y más atrás, hasta Pirapira. El espacio y el tiempo se viven mejor si vas despacio...
Ser libre es andar al tiempo de nuestra metabólica lentitud, no en las urgencias de un tiempo externo y ajeno...
Copyright©Carlos Rojas Malpica