Extinción ... o el error original
Dios creó al mundo en seis días nos dice la Biblia. En el sexto, creó al hombre y a la mujer, nuestros antepasados. Como casi enseguida irrespetaron las reglas divinas, perdieron su amparo y tuvieron que buscar la forma de sobrevivir. Adán y Eva optaron por hacer uso del hermoso y diverso entorno natural creado por Dios. Y al día de hoy, las intervenciones a los bosques, a las selvas y a los mares de sus descendientes han provocado la desaparición perpetua de miles de especies vegetales y animales. Y siendo unas especies dependientes de las otras, la amenaza de la extinción masiva de la vida en el planeta arropa de igual manera a los descendientes de la pareja original… Saqueos e intervenciones que ocurren también en el subsuelo en busca de oro, diamantes, coltan… Y de los residuos fósiles -petróleo, carbón y gas- cuyas emanaciones provenientes de las chimeneas industriales y de los modernos sistemas de transporte destruyen a la manta gaseosa protectora de la vida en el planeta. ¡Es el error original!... ¡Creamos el infierno en la tierra! Y es que el expolio cometido ya se acerca a los límites del no retorno, según dice el profesor Matthias Glaubrecht, director del Centro de Historia Natural de la Universidad de Hamburgo en su libro “El fin de la Evolución” (Bertelsmann, editorial, 2019). Y lo corrobora el secretario general de la ONU, Antonio Guterrez (Diario El Español, 8 mayo 2021). ¿O era ese el plan de Dios? Indudable es que no resulta suficiente la protección de algunas especies -elefantes y tigres- que adelantan un par de agencias internacionales emblemáticas. Indudable es también que resulta contraproducente el interés por ocultar la desaparición acelerada de nuestros compañeros de vida en el largo viaje evolutivo -y de nosotros junto con ellos- aun cuando se extiende por todos los continentes, por todos los rincones del planeta y en todos sus hábitats… Por sus grotescas formas, en algunos foros se resalta la mega destrucción de las selvas y sus habitantes originarios, junto a los yacimientos minerales que está siendo acometida por quienes hoy usurpan el poder político en Venezuela, pero se oculta que esa conducta, no solo no enfrenta mayor resistencia internacional, sino que es la misma que ha dado forma y sostiene a las más ricas y aclamadas democracias de los llamados países del primer mundo y a los de los otros mundos también… ¿Qué será de nuestros nietos?… ¿Tendrá Dios un plan B?
Copyright©Karin van Groningen Chiriboga