Serie collages políticos-literarios

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  En la historia de los países prósperos destaca el éxito económico de sus grandes mayorías junto a tres ingredientes básicos: igualdad social, libertad individual y sometimiento estricto al texto de la ley. Una receta generalmente ignorada por lo que muchos líderes esperan la prosperidad económica sin introducir el resto de los ingredientes ¡Difícil!... ¡Y la historia de muchos países pobres  es justamente esa!... Las grandes mayorías depauperadas y las minorías enriquecidas se evidencian junto con la ausencia de libertad individual y el uso masivo de formas de abuso de poder en las que se expresa el incumplimiento generalizado de la ley.  Lo que deja en claro que cuando se toma como una farsa el lema de “Nadie está por encima de la ley” repetido —por los gobernantes y gobernados de los países prósperos— con el absoluto convencimiento de quien lo atestigua diariamente,  solo queda el ejercicio de la fuerza, imponiéndose siempre el más fuerte para acabar con todo sueño de prosperidad económica, igualdad social y libertad individual. Y esa fue la razón de la ruina del poderosísimo imperio que ya había caído antes de la llegada de Alarico, el bárbaro germánico a quien se le atribuye haber terminado con la Roma imperial en el año 410 (Valverde, 1994).

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  Alarico fue un jefe de una tribu bárbara que mostró capacidad de mando y resultados concretos en sus batallas. Debido a ello, múltiples tribus germánicas —bárbaras— se aglutinaban bajo su autoridad, pero solo temporalmente y a título personal, para el logro de propósitos guerreros muy concretos, en este caso, el histórico saqueo y desmoronamiento del hasta ese momento indestructible imperio romano. El resto del tiempo esas tribus vivían independientemente. Es el caso que los muchos logros obtenidos con el nuevo liderazgo —centralizado en un comandante temporal, para propósitos concretos y con éxitos visibles— aumentaron las apetencias y con ellas el número de gestas bélicas obligando a las tribus bárbaras a estabilizarlo, pero se cuidaron de no perder  su libertad, igualdad e independencia recíproca bajo el comando de sus propios jefes tribales, fórmula que dio origen a una monarquía —pero federal—. Una monarquía federal en la que aquel rey electo por todos los hombres libres constituidos en asamblea, tal vez no difiera mucho de lo que hoy se conoce como los Estados Unidos de América o la República Federal de Alemania, las repúblicas federales más claramente herederas de aquella cultura política ancestral que perduró con altos y bajos desde la caída del imperio romano ¿Es esa práctica política federativa probada por siglos la fórmula que está usando María Corina Machado, la candidata presidencial de Venezuela para llegar al poder en el muy desvencijado país latinoamericano y la que plantea usar para conducirlo a estadios de prosperidad? ¿Cuánto cambio en la cultura política iberoamericana estaría introduciendo? ¿Usted qué opina?

 

Copyright©Karin van Groningen Chiriboga  

 

Referencias:

Valverde, Μaría R. (1994). De Atanarico a Valia. Aproximación a los orígenes de la monarquía visigoda. Stvdia Histórica. Historia antigua, vol. XII, pp. 143-158. Recuperado el 1 noviembre 2023  https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/73330/De_Atanarico_a_Valia_Aproximacion_a_los_.pdf?sequence=1&isAllowed=y)